El Principito – Antoine de Saint-Exupéry

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    “Las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse… Entonces se estira y, tímidamente al comienzo, crece hacia el sol una encantadora briznilla inofensiva. Si se trata de una briznilla de rabanito o de rosal, se la puede dejar crecer como ella quiera.”